domingo, 27 de noviembre de 2011

ASPIRACIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS

Perez Pikulik Pediatría Neonatología

Introducción 


El riesgo de aspiración de cuerpos extraños por los niños está siempre presente desde que son capaces de tomar un objeto con sus manos, llegando a provocar enfermedades con serio compromiso de la vida.
En general, se trata de niños entre los 6 meses y los 3 años de edad, con un pico de incidencia entre el primer y segundo año de vida, como consecuencia de la gran tendencia a introducir objetos pequeños en su boca y a que no cuentan con molares para masticar adecuadamente los alimentos. Según un informe del consejo de seguridad de EE.UU. del año 1995, el 5% del total de fallecimientos no intencionales en los niños menores de 4 años fueron por asfixia por un cuerpo extraño. Por otro lado, en numerosos estudios se ha visto que, del total de casos de muerte por asfixia por un cuerpo extraño, sólo el 15% correspondió a mayores de 5 años.

En la mayoría de los casos, los objetos aspirados son vegetales como maníes, maíz tostado, semillas, trozos de alimentos, piezas de juguetes, tapas de lapiceras, tachuelas, botones, canicas, piedritas, etc.


Prevención

La prevención es el instrumento vital para evitar hechos traumáticos. Entre las medidas preventivas para este caso, cabe destacar las siguientes:
• No dejar al alcance de bebés y niños pequeños objetos, trozos de plástico o de madera, juguetes de pequeño tamaño que puedan tragarse o aspirarse. Con respecto a los juguetes, existe en todo el mundo una legislación que define las dimensiones específicas de los mismos, aclarando cuáles poseen riesgo de ser aspirados y exige a los fabricantes que especifiquen claramente en sus etiquetas las piezas que puedan ser aspiradas.
• Como en la mayoría de los casos se trata de alimentos, como los maníes, semillas de girasol, frijoles, estos deben evitarse hasta que el niño sea lo suficientemente grande para masticarlos.
• Evitar que los niños tengan en su boca cualquier objeto mientras corran e incluso si se encuentran jugando sentados, dado que cualquier distracción puede llevar a que ese elemento sea aspirado.
• Cuidar y vigilar principalmente a los niños pequeños que comienzan a deambular por la casa, dado que en cuestión de segundos pueden llevarse a la boca cualquier objeto pequeño que encuentren a su paso.
Instruir en el correcto desenvolvimiento de una aspiración de cuerpo extraño principalmente a padres, profesores, personal al cuidado de los niños, personal de servicio de emergencia.

Detección

Si Ud. se encuentra frente a un niño que ha aspirado un cuerpo extraño, lo primero que debe hacer es calmarse. De nada servirán los gritos, los actos descontrolados, ni introducir su mano bruscamente en la boca del niño; estos sólo harán que el niño se asuste y como consecuencia penetre aún más el objeto que tiene en su boca.
Puede suceder, que Ud. no se haya percatado que el niño a aspirado un objeto. En este caso, las manifestaciones clínicas estarán determinadas por la localización del objeto en la vía aérea. Una vez alojado en ella, ya sea laringe, tráquea o bronquios, desencadena inicialmente una reacción inflamatoria local con una crisis de tos y dificultad para respirar. La localización en la laringe o parte superior de la tráquea provoca intensa dificultad para respirar, la cual se torna muy ruidosa.
Cuando se impacta en un bronquio, generalmente el derecho, desencadena inicialmente un cuadro de asfixia que puede agravarse en forma progresiva o ceder y pasar por un período libre de síntomas, reapareciendo días o semanas más tarde por desarrollo de un cuadro infeccioso por irritación local.


Complicaciones

La aparición de complicaciones estará determinada fundamentalmente por la instauración precoz de medidas diagnósticas y terapéuticas por lo que es muy importante buscar asistencia médica de forma inmediata. En general, el cuerpo extraño no obstruye por completo la vía aérea y permite una compensación por el resto del pulmón ventilado. La infección pulmonar es la más frecuente al favorecerse la retención de secreciones y la sobreinfección por bacterias.
El tiempo, constituye un factor preponderante para evitar complicaciones serias. La aspiración de un cuerpo extraño obstruye la normal circulación del oxígeno y, si este falta por un período de tiempo prolongado, está presente el riesgo de sufrir secuelas neurológicas y hasta puede ocasionar la muerte.
Las secuelas neurológicas son irreversibles y mientras más tiempo transcurra sin el oxígeno necesario, puede desencadenarse, entre otros, un cuadro de Parálisis Cerebral.
En el caso de que la obstrucción sea completa, el niño se verá imposibilitado de respirar correctamente, no podrá emitir sonido alguno, su piel se tornará de pálida a azulada, tendrá agitación, palpitaciones, cambio de la frecuencia cardíaca, pudiendo llegar a un estado de inconsciencia e incluso provocarle un paro cardíaco.


Tratamiento
En la mayoría de los casos el tratamiento es realizado en forma inmediata luego de la aspiración del cuerpo extraño al desencadenarse en forma refleja una tos forzada que libera la vía aérea. Recuerde, en ningún caso intente extraer el objeto con los dedos, si éste no es visualizado en la boca.
En los niños menores de un año de edad pueden realizarse golpes en la espalda con el niño cabeza abajo y en los mayores de un año, presión sobre el abdomen. Estas maniobras aumentarían la presión dentro del tórax tendientes a expulsar el objeto. Si bien son sencillas de realizar, deben efectuarlas personal entrenado para ello ya que no están exentas de complicaciones.
Ante la sospecha de aspiración de un cuerpo extraño busque asistencia médica. En los últimos años con la introducción de la fibrobroncoscopia, una técnica por la cual se introduce una óptica con la cual puede observarse el interior de la vía aérea e introducir instrumental adecuado para la extracción del objeto una vez visualizado, la mortalidad por asfixia por cuerpo extraño a disminuido notablemente.


fuente: Bibliografía
"Pediatrics in Review, en español", Vol 21, Nº10
"Pediatría - V Edición - Tomo Il", Meneghello, Ed. Médica Panamericana

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