miércoles, 8 de febrero de 2012

La semana 14 del embarazo

Perez Pikulik Pediatría Neonatología


En la semana 14 del embarazo, el bebé puede tener unas medidas entre 8 y 11 centímetros de largo y llegar a pesar unos 30 gramos, o quizá hasta más. Ya se está desarrollando en el cuerpo de su madre y esto se empieza ya a notar.
El bebé aún no puede emitir sonidos en esta semana 14 del embarazo, pero se está preparando. Se va formando la cara, los ojos en el superior de la cara, las orejas a los lados, las mandíbulas ya estaban, le aparecerá un vello finito llamado lanugo y flota alegremente en un líquido. Es posible que empiece a hacer sus primeros movimientos con la cabeza, aunque el cuerpo del bebé ya empieza a crecer más rápido que la cabeza y se puede ver el cuello
Quizá la madre no lo note, pero ya empieza a crecer el útero por encima del pubis, y esto hará que aumente la cintura. A pesar de esto, la mujer embarazada se puede notar muy bien en esta semana, ya que ha recuperado energía y la piel luce mejor.  Es posible que la madre también note congestión en la nariz, o rinitis del embarazo, entre otras complicaciones, pero las habituales del embarazo. No es bueno preocuparse demasiado, y si se hace mejor consulta con el médico.
Con respecto a las pruebas, es posible que se pida cita para un análisis de múltiple marcado para ver si el bebé tiene alguna anomalía cromosómica que se pueda detectar a partir de esta semana y hasta la semana 20 del embarazo. Es posible también que se tenga que hacer una amniocentesis, sobre todo en caso de antecedentes familiares con defectos congénitos, o si se tiene más de 35 años ya que las posibilidades aumentan en este caso.
fuente: Sacaleches 



Pegar NO sirve

Perez Pikulik Pediatría Neonatología

Mi hijo es muy necio y desobediente. ¿es verdad que no debo pegarle?

Fuente: Crianza y Salud



El castigo físico representa una tensión importante en el contexto de la crianza, dado que se encuentra muy arraigado en la cultura desde tiempos tan antiguos como los bíblicos, pues en la Biblia hay varias referencias específicas a esta práctica.
El concepto actual de los expertos coincide en que es una práctica que debe salir del contexto de la crianza, puesto que la relación beneficio frente a inconveniencias no la favorece; está establecido que el castigo físico tiene un efecto importante a corto plazo y que puede ser útil para imponer a ultranza un comportamiento determinado, pero que no genera un autojuicio o evaluación sobre la acción que motivó dicho castigo., pues la persona que lo recibe es perfectamente capaz de repetir la misma acción a escondidas, para no ser castigada.

Las mujeres pegan más a sus hijos que los hombres, probablemente porque están más tiempo con ellos y por lo tanto sometidas a una tensión mayor.
Ángela Marulanda, una reconocida educadora familiar colombiana, resume en forma asertiva las desventajas del castigo físico así:
- No promueve respeto, sino desprecio

- No promueve admiración, sino temor

- No promueve deseos de enmendarse, sino deseos de vengarse

No promueve colaboración, sino hostilidad

- No forma personas amables y correctas, sino personas amargadas y violentas

El castigo físico le enseña a los niños que la violencia es una forma corriente de relacionarse entre los seres humanos, y por lo tanto promoverá con mucha frecuencia comportamientos violentos en quienes lo reciben, dirigidos a las personas que están a su alrededor.
Un sabio proverbio afirma que “ El que pega para enseñar, está enseñando a pegar”.
Cuando el castigo físico se incorpora en la cotidianidad de la crianza produce con frecuencia ciudadanos sumisos, fácilmente influenciables, en quienes la autocrítica y el juicio personal pueden estar seriamente disminuidos, con todas las implicaciones que conlleva para el funcionamiento armonioso como integrantes del tejido social.
En algunos países del mundo como Suecia, Finlandia, Dinamarca y Austria el castigo físico en el seno de la familia ha sido prohibido por la legislación, pero desafortunadamente, en la gran mayoría de los países incluyendo el nuestro, el código civil no lo prohíbe taxativamente y sólo formula tímidas invitaciones para que este no sea severo y violento. Se necesitan presiones sociales muy grandes que obliguen a los legisladores a promulgar leyes justas que orienten a abolir el castigo físico de los discursos de crianza en el mundo, y a reemplazarlo por otras acciones necesarias que no impliquen humillación y daño corporal a los niños como sujetos de crianza, pero que sirvan para denotar aquellos actos inadecuados en que incurren los niños durante la crianza y que es deseable que no se vuelvan a repetir.
Una investigación realizada por la Organización Panamericana de la Salud a nivel latinoamericano sobre el castigo físico, reveló que una de las motivaciones principales que los padres tenían para infligirlo a sus hijos era el temor a perder el control sobre ellos, lo que denota que es necesario darle a los padres de familia otros elementos para que continúen orientando la crianza, sin que se vulneren de contera los derechos de los niños.
Lo anterior debe enmarcarse dentro del ejercicio de una autoridad benevolente, absolutamente necesaria para una buena crianza, que le permita al niño incorporar el referente normativo que se va a constituir en la génesis de un buen comportamiento social, que le permitirá al él y a quienes lo rodean un ejercicio vital gratificante.