viernes, 24 de febrero de 2012

uso del chupete

Perez Pikulik Pediatría Neonatología

El uso del chupete no es una necesidad ni una obligación. Sin embargo está muy extendido y muchos padres recurren a ello al sentirlo necesario para el bienestar del bebé. Sin embargo, como decía, pese a las costumbres que hemos visto en nuestro entorno y los consejos que recibimos, no todos los bebés lo necesitan ni lo aceptan. La pregunta es entonces ¿hace falta el chupete?

Los bebés nacen con una intensa necesidad de succión, completamente adecuada a su naturaleza. Mamar les alimenta y les calma, el pecho además de fuente de leche está ahí para ofrecerles calma y sensación de paz. Succionar mucho es conveniente, sobre todo al principio, cuando es la succión continuada la que va aumentando y regulando la producción de leche.

Por eso, aparte de las consideraciones sobre su bienestar emocional, succionar mucho el pecho con succión no nutritiva, es necesario para que la producción de leche se regule. 


Cuidado del bebé
Por ese motivo el chupete está desaconsejado en los bebés lactantes hasta que la producción y la posición estén perfectamente asentadas. Si la madre siente que su leche es aun excesiva o insuficiente, si tiene grietas o molestias o si el bebé no se prende bien, introducir el chupete puede interferir en que la lactancia se instaure correctamente. Ante la duda es mejor esperar.

Una vez esté la lactancia funcionando correctamente se puede usar el chupete, orientativamente nunca antes de los quince dias y preferiblemente pasado el primer mes al menos.

Un bebé que toma pecho puede no aceptar el chupete, sobre todo si se le permite la lactancia a libre demanda y, más específicamente, el acceso libre al pecho para la succión no nutritiva. En realidad, ese bebé no necesita chupete para nada.

Sin embargo cada niño es diferente y en algunos casos los padres desean introducirlo, pues la madre tiene molestias en los pezones o está agotada de tener al bebé al pecho de continuo. Si el bebé lo acepta y además le produce un bienestar en su uso no habría problema en dárselo. Necesita succionar mucho y esa necesidad, si no puede ser con el pecho, se le puede ofrecer con el chupete.

También he visto casos de bebés lactantes que tienen una necesidad de succión grande y que rechazan el pecho si están llenos pero piden chupar algo. Pueden chuparse las manos, mordisquear nuestro dedo, pero enfadarse si nos empeñamos en darles la teta. No quieren leche. En esos casos, tras valorarlos detenidamente, el chupete puede ayudar.

Los bebés que toman mamadera suelen aceptarlo más habitualmente y se les puede dar sin consideraciones sobre la succión. Esto es una orientación general, pues en los bebés que tengan problemas para tomar el biberón o tomen poco peso habría que valorar si la energia que usan para succionar el chupete puede reducir su necesidad de chupar cuando son alimentados.

A los niños que no toman pecho, con el tiempo he observado que les puede ser necesario el chupete. El biberón se ofrece como alimento y por más que lo demos del modo más amoroso para cubrir la necesidad de contacto físico y emocional del pequeño, el tiempo de succión es limitado. Cuando se acaba la leche se acaba la succión.

Y para muchos bebés puede no ser bastante. Necesitan que esa otra faceta de la lactancia materna, el tomar el pecho como consuelo, y que no puede cubrir el biberón, les sea dada también. Entonces, darles un chupete, igualmente en brazos y acariciándolo, piel a piel si se puede, mirándolo a los ojos y transmitiendoles amor con el cuerpo, hace que reciban ese consuelo y esa calma que les daría el pecho.

Siempre debemos usarlo con moderación, no para callar al bebé ni ponerselo de continuo. El niño necesita poder tener la boca libre para experimentar con ella, meterse cosas (limpias y de tamaño adecuado), para hacer sus gorgoritos y también necesitan expresarse llorando. Si el niño está contento no le hace ninguna falta que se lo pongamos.

Sin embargo hay algunas puntualizaciones que hacer al respecto del uso del chupete que son consecuencia de lo anteriormente expuesto. Como he dicho la succión les produce un efecto calmante y los conecta con la persona con la que tienen un vínculo emocional.

El chupete es un objeto que substituye al pecho y para ofrecerlo debería darse como apoyo al contacto físico, no como substitución de este. Igual que un biberón no debería darse sin miradas ni abrazos un chupete tendría que estar acompañado de la misma conexión física y emocional.

El objeto substituye al pezón, pero no puede substituir a la madre. Incluso si ella está ausente permitirá que un cuidador amoroso ofrezca consuelo al niño mediante los brazos y las caricias acompañados de succión. Realmente no me convence el que el chupete se de en el cochecito o la cuna sin que nadie acompañe al niño abrazándolo. Una cosa no es una persona y el niño necesita que el consuelo le venga de una persona.

Curiosamente no he logrado encontrar imágenes en las que al niño se le de el chupete en brazos, y es esto lo que no me convence, no el uso o no de este elemento. Si vas por la calle ves a los bebés con el chupete en la boca en cualquier circunstancia y eso, desde luego, no creo que sea una opción del todo adecuada para su desarrollo emocional ni bucal.

Por supuesto hay excepciones. Cuando vamos en coche es imposible sacar al bebé de su sillita para acunarlo. Si no podemos de verdad pararnos a hacerlo el chupete puede ayudarles a calmar la ansiedad y tranquilizarse. También habrá otras circunstancias en las que no podremos sacarlo del cochecito y tomarlo en brazos cuando llore. Si no es el recurso habitual se puede optar por ello, pero siempre intentando que sea una solución a corto plazo y por necesidad real, no por comodidad para que se calle.

Sobre el chupete me queda una reflexión importante. Los bebés y los niños pueden mantener esa necesidad de succión calmante bastantes años, tantos como duraría la petición del pecho como consuelo si no se destetara. Y hablo de años, ni uno ni dos. Algunos niños necesitan chupar hasta los seis perfectamente. No creo que sea ningún problema, sobre todo si hemos usado el chupete como complemento al consuelo personal y físico.

Al fin y al cabo el niño no decidió usarlo, nosotros se lo dimos. No parece justo privarles de ello si manifiestan interés y necesidad en seguir teniéndolo. Se que esta posición puede resultar chocante, y el entorno o la escuela presionen para que se les quite o incluso lo ridiculicen por “ser un bebé”. Ahí estamos nosotros, para defenderlos y hacer que su proceso personal sea respetado.

Los niños que tienen lactancia prolongada y un destete no dirigido pueden pedir el pecho de vez en cuando para dormirse o calmarse. Algunos, incluso cuando no hay leche, manifiestan cierto vínculo con el seno y pueden mamar de forma no nutritiva alguna vez, durante años.

Una vez al dia, una vez a la semana, una vez al mes, hasta que dejan de necesitarlo y de pedirlo. Y no es ningún problema.

Puesto que el chupete cumple esa función de succión emocional, tampoco debe ser un problema es dejarles que lo usen y lo vayan abandonando sin presiones poco a poco.

Hay quien relaciona la necesidad no satisfecha de succión con costumbres molestas o insanas, que van desde chuparse el dedo hasta a fumar. No puedo asegurar que sea así, pero no me parece una teoria absurda. Las necesidades colmadas no necesitarán colmarse de nuevo. Si le dimos toda la succión que necesitaron quizá, cuando crezcan, no sientan la necesidad inconsciente de calmar la ansiedad chupando un boli, fumando o mordiéndose las uñas.

En cualquier caso, que igual que los niños se destetan, unos a los dos y otros a los siete, el chupete dejará de ser necesario para tu hijo cuando él, según su propio desarrollo personal, sus ritmos y sus circunstancias, lo decida.