viernes, 9 de marzo de 2012

El sueño en el niño

Perez Pikulik Pediatría Neonatología


El sueño en el niño

El reposo completo que se da en el sueño se acompaña no solamente de un cese de actividades que demandan energía o consumen determinadas porciones de masa corporal sino de cambios en el metabolismo por los cuales el organismo aumenta la construcción de tejidos de reserva y acumula energía para impulsar diferentes actividades durante la vigilia. Este proceso indispensable para niños y adultos porque sin él el organismo no podría funcionar es fundamental en el niño y más cuanto menor sea su edad por la sencilla razón de que el crecimiento y desarrollo es en general más acelerado cuanto menor es la edad.
Hay órganos y tejidos que tienen períodos específicos de crecimiento como los de la esfera sexual que se mantienen estacionarios hasta la adolescencia pero en general el crecimiento y desarrollo tanto físico como psicomotor tiene una curva progresiva con diferencias particulares específicas. El cerebro, por ejemplo que es un órgano de cuyo funcionamiento dependen muchos otros en el organismo tiene un crecimiento y desarrollo acelerado en el primer año de vida, continúa creciendo rápido aun disminuyendo su ritmo hasta los cinco años de edad. De ahí adelante aumenta muy lentamente de peso y perfecciona sus funciones adquiridas. El aumento de conocimiento es infinito pero la masa orgánica que sustenta su potencialidad casi que termina de crecer a los cinco años que por eso es la edad clave para los cuidados del niño.
Este período así como requiere de alimentación adecuada, ausencia de enfermedades y Amor para ofrecer estimulación psico-afectiva y sensorial. Vale decir las tres A que debemos difundir los pediatras para el mejor cuidado del niño, necesita además y con igual urgencia complementarse con horas de reposo que deben ser mayores cuanto menor sea la edad. El lactante en el primer trimestre de la vida prácticamente come y duerme porque la velocidad de formación de sus tejidos así lo exige, alterna períodos cortos de vigilia que aumentan poco a poco hasta que empieza a jugar, pero aún entonces la acelerada actividad de su metabolismo exige largos períodos de reposo.
Una característica importante es quemientras el adulto puede disfrutar de horas de reposo sin dormir, contemplando un paisaje o escuchando música la actividad continua del niño no se interrumpe sino en las horas de sueño por lo cual el dormir resulta más indispensable cuanto menor sea su edad.
La habitual distribución de las 24 hs del día , en 8 hs. para el trabajo, 8 para el descanso y 8 para el sueño es una norma útil para el adulto. El niño en la edad escolar debe dormir por lo menos 10 hs, tiempo que disminuye conforme crece hasta las 8 que resultan un mínimo aún en la edad adulta.
Los grandes avances de la vida moderna si bien por una parte contribuyen a la indispensable estimulación del niño entrañan el peligro de sobrepasar lo necesario y provocar daños no deseados. La TV aún sin criticar las escenas de violencia y otras que son perjudiciales, constituye un riesgo. Existen programas infantiles educativos excelentes tan bien diseñados y tan artísticamente elaborados que son los padres quienes tienen que vigilar su uso para obtener de ellos el máximo provecho sin que eso signifique para el niño una pérdida de horas de sueño.
Aunque parezca paradójico cuanto mayor es el progreso y el confort modernos más destaca la necesidad de cuidar la sobre estimulación del niño que empieza a perder el apetito, a tener frecuentes berrinches y luegoa perder el sueño. Sin una intervención oportuna lo que parece banal en un comienzo puede complicarse y  llegar a extremos peligrosos. El nerviosismo del niño altera la buena relación de los padres que de inculparse recíprocamente por la conducta de su hijo pasan a ser factor de agravación del nerviosismo infantil en un círculo vicioso difícil de superar.
De este modo el sueño no es solo reparador de la fatiga diaria, es además indispensable para que el crecimiento y desarrollo del niño se orienten positivamente, se aprovechen los nutrientes que se ingieren y se asimile favorablemente los estímulos psicológicos.
Dr. Javier Torres Goitia C
Pediatra Neumólogo
Pediatras Asociados

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